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1982

Con más de medio siglo de andadura, es una de las pocas bodegas de Aragón que continúa trabajando artesanalmente el proceso de maduración del vino.

Debe su nombre al empresario que las fundó, Andrés Ruberte, quien al regreso de unos cursos de enología en Barcelona en 1948 comenzó la elaboración de vinos en las bodegas del pueblo. En poco tiempo consiguió unos caldos de gran prestigio que se fueron comercializando en los pueblos de alrededor y que pronto alcanzaron gran éxito.

Una de sus hijas, Susana Ruberte, se incorporó a la bodega en 1982 tras finalizar sus estudios de enología y comenzó a elaborar vinos con la D.O. Campo de Borja, convirtiéndose en la primera mujer enóloga de Aragón.

Hoy en día se ha incorporado al negocio familiar la tercera generación: las hijas de Susana, Alicia y Ana. Ellas mantienen el carácter artesanal pero han introducido también una nueva visión, más joven y fresca, a la hora de diseñar tanto etiquetas como packaging.